Otro de los cultos que más curiosidad y temor despiertan es el de la santería. Al igual que ocurre con el vudú, alrededor de la santería se han extendido muchas historias que la acusan de realizar pactos con el diablo y de fomentar las posesiones demoníacas. Muchas personas piensan que la santería es una secta destructiva que utiliza el poder del diablo para doblegar voluntades, realizar sacrificios humanos y sembrar el mal.
El desconocimiento y el morbo que despierta esta religión es lo que ha provocado el surgimiento de esas historias truculentas. Además, cine y literatura contribuyen a mantener el mito pues el miedo que provoca les es muy rentable. Esto no significa que la santería sea una religión sin ninguna relación con la muerte o con ritos que puedan parecer extraños o demoniacos.
Origen de la Santería
La Santería nació en el mismo lugar que el vudú. Ambas prácticas se originaron a partir de la religión yoruba (regla de Ifá) que se practicaba y, según algunos, todavía se practica en parte de Nigeria y este de Benin, en África Occidental. Actualmente, esta religión está presente en Cuba, México y Venezuela. También en España, Países Bajos, Alemania y Francia.
Los yoruba fueron una de las muchas tribus que fueron llevados a América como esclavos desde el siglo XV hasta el XIX. Llevaron con ellos su religión y costumbres pero cuando llegaron a las colonias españolas de América fueron obligados a convertirse al catolicismo. Pese a esa conversión forzosa, los esclavos yorubas siguieron con su religión. Pero, para evitar castigos, escondieron sus creencias y rituales bajo formas católicas dando como resultado un sincretismo religioso conocido hoy como santería. Así, el dios Olodumare se identificó con el Dios Creador católico, Olorún con Jesucristo, y los Orishas fueron representados a través de santos o imágenes de la Virgen con las que guardaban cierta similitud.
Fueron los colonizadores españoles los que dieron a las creencias de los esclavos yoruba el nombre de santería. Era un término despectivo que designaba esta práctica que les parecía extraña y similar a la brujería. Por su parte, los practicantes de esta religión prefieren ser designados como Lukumí debido a su saludo, «oluku mi», mi amigo, o Regla de Ocha.
Creencias en santería
Los practicantes de la santería adoran a un dios creador llamado Olodumare. De él procede todo lo que existe, y todo regresa a él. La energía de Olodumare se expresa a través de Ashe. Ashe es la sangre de la vida cósmica, el poder de Olodumare hacia la vida, la fuerza y la justicia. Además de Olodumare y Ashe los santeros veneran a los orishas, dioses creados por Olodumare para manifestar su voluntad y su esencia en la creación. Cada uno de los Orisha se asimila a un santo o a una virgen católica.
Esta religión es animista, lo que significa que los miembros de la santería creen que todo tiene alma, no sólo las personas. También veneran a los espíritus, a los antepasados, la naturaleza, el sol y la luna. Los devotos, para tomar decisiones o mantener determinada conducta, se valen de la interpretación de diversos mitos, leyendas, proverbios y sentencias que acompañan a cada deidad.
En santería existen ceremonias para casi todos los actos de la vida humana. Suelen ser de difentes tipos. Unas sirven para iniciar a nuevos conversos. A través de la ceremonia para convertirse en santo, llamada asiento, se forma un vínculo entre el santero y un orisha. La iniciación en la santería es un proceso de purificación interior y revisión de la manera de vivir del iniciado, llamado Iyawó.
También existen ceremonias propiciatorias, adivinatorias y fúnebres. Mediante éstas se exteriorizan las ideas y representaciones religiosas de los adeptos. Con el culto, el creyente refuerza su vínculo con lo sobrenatural, al tratar de lograr la armonía entre las fuerzas del bien y del mal. De esta manera creen conquistar la voluntad del objeto de devoción con fines espirituales y materiales.
Ceremonias. La entrega de collares
En la rama afrocubana de la santería se celebra una ceremonia ritual llamada entrega de collares o medio asiento de Osha. Se considera una introducción a la ceremonia de iniciación propiamente dicha. Los collares o ilekes de Osha son objetos sagrados para la santería. Estos ilekes sirven para que oshas y orishas protejan a su portador y lo ayuden a transitar por la vida. Son la representación de los orishas y oshas.
Cada uno de estos espíritus protectores tiene un collar designado. En la ceremonia de los ilekes se entregan cinco collares que representan a Eleguá, Obatalá, Yemayá, Shangó y Oshún. Esta entrega se realiza por este orden después de que los collares hayan sido consagrados. Los oloshas o sacedortes son los únicos que pueden realizar los rituales de consagración de los collares y la ceremonia de entrega.
La ceremonia se celebra en casa del padrino que se ayuda de una oyubona, (asistente). Al principio de ésta el iniciado encoge a un babalocha o iyalocha para unirse espiritualmente con él como padrino o madrina. Tras esto se le ponen los collares de uno en uno. El padrino o madrina, le explicarán las reglas que debe respetar, lo debe hacer con los collares, su significado, el compromiso que adquiere con la religión y con sus padrinos.
Los orishas
Los orishas son los guías y protectores de la raza humana. Además, velan por que cada mortal cumpla el destino que tiene marcado desde su nacimiento. Los que no cumplen, siguen en la rueda de las sucesivas reencarnaciones. Cada miembro de la santería tiene su orisha protector, el del día de su nacimiento, al que debe rendir culto. La identificación del orisha con la figura de un santo o virgen católico tiene que ver con sus ropajes o por las características por las que se le conoce.
Así Santa Bárbara, vestida de rojo y con espada (símbolos de su martirio), se identifica con el orisha Shangó, guerrero, señor de la fuerza. Ogún, que maneja el hierro, dios de la guerra y las armas, es San Jorge, el vencedor del dragón en la iconografía cristiana. Agayú encuentra su correlato en San Cristóbal, que para los creyentes cristianos es el patrón de los viajeros y para los yoruba es el vigilante de los caminos. Inle, el médico, es San Rafael, el arcángel que cura y sana. La Virgen de la Regla es Yemayá, diosa de la maternidad, etc.
Quién es quién en la santería
Como en otras religiones, en la santería existe una jerarquía encabezada por los Babalawos que celebran rituales de adivinación y resuelven los casos difíciles. Los
Babalawos rinden culto al orisha Orula (dueño de la adivinación) y es conocido como sacerdote de Ifá. Las adivinaciones se utilizan para conocer el futuro, para descubrir alguna maldición o si a la persona se le ha pegado un espíritu maligno o bueno. En caso de espíritu maligno, el babalawo procede a hacer «limpieza». Si el espíritu es bueno, hay que reforzarlo.
En el siguiente escalafón jerárquico de la santería están otros iniciados que cumplen funciones específicas dentro del ritual, entre ellos los babalochas (padrinos santeros) e iyalochas (madrinas santeras). Están encargados de apadrinar a los nuevos adeptos y celebrar rituales específicos, como el sacrificio de animales, la comunicación directa con los orishas, la cocina ceremonial, la curación y la adivinación.
Los obba son otra de las figuras relevantes en la santería y su función es supervisar el ritual consagratorio. En tanto la oyubbona o yimbona acompaña y guía al nuevo adepto en todas sus acciones durante su rito de iniciación.
En el último escalón se encuentran los oriaté, especialistas en la lectura e interpretación del oráculo del Diloggún (caracol) y encargados de averiguar los tabúes (itá), a que se verá sometido el creyente el resto de su existencia.
Aunque esto es sólo un pequeño resumen de las creencias y prácticas de la santería, espero que te haya resultado interesante. En posteriores entradas iré ahondando en esta interesante religión.