Descripción
El Colgante concha de Santiago es el símbolo jacobeo por excelencia. Los peregrinos la utilizaban como comprobante de haber realizado el Camino de Santiago de Compostela después de su llegada a la Plaza del Obradoiro y su paso por la Catedral de Santiago.
EL COLGANTE CONCHA DE SANTIAGO
También se considera símbolo de la peregrinación a Santiago por su forma de flecha, utilizada para señalizar las distintas rutas a Compostela (Camino Francés, Camino de la Plata, Camino Primitivo, Camino del Norte, Camino de Invierno, Camino Inglés, Camino del Norte,… o el Camino que llega a Finisterre.
Cuentan además que los peregrinos utilizaban la concha para beber agua, de ahí el típico bastón del peregrino con una calabaza (para almacenar la bebida) y la concha usada como vaso.
Además la concha se colocaba en el sombrero y en la capa del peregrino, y su simbolismo es variado; pero siempre con una constante común.
Si hacemos caso a la tradición religiosa, ésta nos dice que la concha se asemeja a la forma de los dedos y que es como si Dios posara su mano sobre nosotros. Es, entonces, símbolo de las buenas obras en las que el peregrino debe perseverar en el Camino, así como en el camino que es la vida.
La concha representa la aceptación de Dios por parte de la persona y su compromiso de hacer el bien y seguir por el camino de la rectitud, el recorrido que la persona ha hecho para llegar hasta este punto y su renacimiento a su verdadero yo producido al aceptar a Dios.
Aunque la persona no haya hecho nunca el Camino, la Concha es un símbolo que puede llevarse para potenciar sus cualidades en nosotros. Nos va a ayudar a ser firmes en nuestra voluntad de cumplir la voluntad del Eterno, a enderezarnos y a no desfallecer por duro que sea nuestro camino.
Si le damos fuerza, será excelente y nos acompañará siempre. Lo ideal será colgarlo cerca del corazón, ya que hoy en día se hace más complicado llevarlo en la cabeza, para que sus propiedades estén cerca del mismo.
Material: metal